Paraguay es considerado hoy una de las economías más abiertas y dinámicas de la región, y goza de una extensa gama de oportunidades tanto para asentar empresas como para el apoyo de ambiciosos proyectos que se están gestando de la mano de inversión extranjera (IED).
Aunque en los últimos años el crecimiento de las IED fue lento en comparación con los demás países de la región, el país alcanzó la estabilidad macroeconómica necesaria para mejorar su perfil de riesgo ante el mundo, lo que generó la confianza suficiente para atraer la llegada de más capitales, según destaca el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
El saldo neto de la inversión extranjera en Paraguay creció entre 8 y 9 veces en los últimos 20 años, alcanzando aproximadamente US$ 7.200 millones, desde unos US$ 824 millones en 2004. Esto que significa que, en casi 20 años, su crecimiento estuvo muy por debajo de la región.