Durante la pandemia se dio a nivel global un fenómeno de consumo inimaginable, los cambios de hábitos (el furor del delivery y de la comida para llevar) derivaron en una escasez de salsa de tomate y sobre todo de los famosos sobres de kétchup.
La magnitud fue tal, que la reconocida marca Kraft Heinz se vio obligada a aumentar su producción un 25%, hasta alcanzar los 12 mil millones de sobres de kétchup al año. Todo esto para no desatar la ira de los comensales. A nivel local, según datos prevenidos por la consultora CCR, movió US$ 12 millones (año móvil - ver gráfico).

ANÁLISIS