Por: Rubén Ovelar, vicepresidente de Cerneco y CEO at Senior Publicidad

—¿Te puedo hacer una pregunta, Valeria?

Ella, gerente comercial de la firma y parte del comité ejecutivo, dejó su celular a un lado y lo miró con atención.

—Claro, papá.

—¿Qué sos vos? ¿Zanahoria, huevo o café?

Valeria se rió sin entender del todo.

—¿Y eso qué significa?

Mauricio no contestó de inmediato. Se levantó, fue hasta la cocina del pequeño comedor de la oficina y regresó con tres tazas distintas.

—Mirá —empezó—. Hace años, cuando tu abuelo todavía dirigía esta empresa, yo pasé por un momento muy difícil. Perdimos a nuestro principal cliente y tuvimos que despedir a un montón de gente. Me sentía derrotado. Y él me dijo esta misma pregunta: ¿zanahoria, huevo o café?

Valeria lo observó con curiosidad.

—¿Qué me querés decir con eso?

—Hicimos un experimento —siguió él—. Tres ollas con agua hirviendo. En una, una zanahoria. En otra, un huevo. En la tercera, granos de café.

—¿Y?

—Después de 20 minutos, la zanahoria, que era dura, salió blanda. El huevo, que tenía una cáscara frágil y un corazón líquido, salió duro. Y el café… bueno, el café no solo no se quebró, sino que transformó el agua. Cambió el entorno. Dejó aroma, sabor, carácter.

Valeria sonrió.

—¿Y qué tiene que ver eso conmigo?

Mauricio se inclinó un poco, mirándola con ternura.

—Valeria, yo te veo fuerte, decidida, pero también agotada. Sé que el equipo de ventas está presionado, que los números no acompañan como quisiéramos. Pero todo eso es el agua hirviendo. La adversidad. Y lo importante no es el calor, sino cómo reaccionás ante él.

Ella se quedó en silencio.

—Podés ser como la zanahoria, que empieza fuerte y se ablanda con la presión. O podés ser como el huevo, que parece frágil, pero se endurece por dentro y se aísla. O podés ser como el café, que transforma lo que le rodea. Que deja huella.

Valeria bajó la mirada. La metáfora era clara.

—Nunca me lo habías contado —susurró.

—Porque ahora es cuando lo necesitás. Porque liderar en la comodidad es fácil. Pero liderar cuando el agua hierve… eso es otra cosa.

Este cuento, adaptado de una historia conocida en círculos de liderazgo, nos interpela a todos: empresarios, emprendedores, ejecutivos o estudiantes. Porque, en el fondo, todos enfrentamos “aguas hirviendo” en algún momento. Y, ante la adversidad, cada uno elige cómo responder.

En el mundo de los negocios, algunos se ablandan. Se cansan, bajan los brazos, renuncian a su visión. Otros se endurecen. Se vuelven fríos, desconfiados, insensibles. Y hay quienes, como el café, aprovechan el momento difícil para redefinirse, inspirar a su entorno y dejar un aroma que trasciende.

La próxima vez que las cosas se pongan difíciles, la próxima ocasión que los márgenes no cierren o que un cliente importante se pierda, tendríamos que recordar la pregunta de don Mauricio:

¿Vos qué sos? ¿Zanahoria, huevo o café?

Una metáfora para Valeria

Mantenete Informado

Suscribite a nuestro Newsletter.

Unite a nuestro canal de difusión en Whatsapp.

Más Leidas