El estado atraviesa una crisis silenciosa pero devastadora, la ola de ciberataques que ha puesto en jaque a instituciones públicas y expuesto datos sensibles de millones de ciudadanos. El Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC), llamado a ser el escudo digital del Estado, ha mostrado una preocupante falta de liderazgo y previsión ante esta amenaza creciente.

Los hechos hablan por sí solos. En los últimos meses, entidades clave como el Ministerio de Salud, el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y hasta dependencias de las Fuerzas Armadas han sufrido ataques que paralizaron servicios y vulneraron información crítica.

La respuesta del MITIC ha sido, en el mejor de los casos, reactiva, protocolos de emergencia, comunicados escuetos y una estrategia nacional de ciberseguridad aprobada a destiempo. Todo esto mientras la ciudadanía asiste, perpleja, a la falta de transparencia y a la ausencia de explicaciones claras sobre el verdadero alcance de los daños.

El ministro Villate en varias entrevistas ha reconocido que los ciberataques “van a seguir” a medida que el Estado se digitaliza. Pero aceptar la inevitabilidad de estos hechos no puede ser la respuesta de una institución responsable. La digitalización es irreversible y necesaria, pero debe ir acompañada de una defensa robusta, profesional y proactiva.

¿Qué está fallando? Falta de transparencia, ausencia de un marco legal específico, déficit de recursos humanos y técnicos, y una alarmante vulnerabilidad en sectores críticos. Mientras tanto, la Estrategia Nacional de Ciberseguridad 2025-2028, aunque bienvenida, sigue siendo un documento más si no se traduce en acciones concretas y visibles.

Desde este espacio, proponemos medidas urgentes y realistas. Declarar la emergencia nacional en ciberseguridad, informar de manera proactiva y transparente a la ciudadanía, aprobar sin dilaciones una Ley de Ciberseguridad, capacitar y certificar a los funcionarios públicos, invertir en infraestructura y monitoreo, y fortalecer alianzas con el sector privado y países líderes en la materia.

El MITIC tiene la obligación de liderar una transformación real, no solo sobre el papel, si el ministro quiere que demostrar credibilidad. La confianza en los servicios digitales y la protección de los datos ciudadanos no pueden seguir siendo promesas incumplidas. Paraguay no puede permitirse ser el eslabón más débil en el ciberespacio regional. Es hora de pasar de las excusas a los hechos.

MITIC, ciberataques y la urgencia de una defensa digital real

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