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La inteligencia artificial puede ser el motor de una economía paraguaya más competitiva, innovadora y sostenible. Pero para que ese futuro sea posible, debemos garantizar que nadie quede atrás en el camino hacia la nueva era digital. El desafío es enorme, pero la oportunidad lo es aún más.

18:T7e9,

Por: Juan Pablo Fernández, abogado

La irrupción de la inteligencia artificial en la economía local plantea un dilema tan desafiante como ineludible. El avance de esta tecnología, que ya transforma sectores como la agricultura, la industria y los servicios, amenaza con redefinir el mercado laboral de forma irreversible. No se trata de una amenaza lejana, para 2025, cientos de miles de empleos estarán expuestos a la automatización, y para 2035, más de un millón de paraguayos podrían ver modificadas o reemplazadas sus tareas por sistemas inteligentes.

Sin embargo, el verdadero riesgo no reside en la tecnología en sí, sino en la falta de preparación y visión estratégica. Paraguay enfrenta un contexto de alta informalidad, brechas educativas y desigualdad en el acceso a la tecnología. Si no se abordan estos desafíos con políticas públicas decididas, la revolución digital podría profundizar la exclusión social y consolidar un mercado laboral de dos velocidades: uno dinámico y calificado, y otro rezagado y vulnerable.

El momento de actuar es ahora. El Estado, el sector privado y la academia deben trabajar juntos para diseñar una estrategia nacional de inteligencia artificial que priorice la formación digital, la reconversión laboral y la inclusión tecnológica. Invertir en educación, infraestructura y capacitación no es solo una opción, sino una obligación ética y económica

La inteligencia artificial y el futuro del trabajo

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