Los importadores, que están surfeando una ola altamente favorable rumbo a las fiestas navideñas, enfrentan sin embargo los inacabables efectos del contrabando. Gran parte de ese comercio ilegal -alegaba el presidente del gremio- entra por el río, elude la Aduana y se esparce por las calles como si tal cosa. Desde jabón en polvo hasta alfajores, de todo se oferta en puestos que se arman a la madrugada y desaparecen luego del mediodía. Si se lleva la cuenta de la cantidad de instituciones perforadas por este torrente de mercancías veremos la inutilidad de gran parte del Estado paraguayo.
Editorial
Contrabando: siempre el mismo repertorio
Esta es una vieja galopa que tiene, en un Estado ineficiente y corrupto, a su principal intérprete y agente recaudador.