Las relaciones que no son equilibradas, eficientes o siquiera sensatas, terminan por no resultar satisfactorias. Una parte suele quedar perjudicada. Y, cuando hay desacuerdos, peor aún.
Columnas
Goles de septiembre: el partido del progreso
Si el adversario es un gigante irritado, vos andás un poco frágil, el juez faltó con aviso y nadie cumple las reglas…es mala idea entrar a la cancha.